(II) El asilvestrado digital ‘el nuevo estadio del hombre’
Esta reflexión viene motivada por mi deseo de compartir, con ustedes, autenticas emociones derivadas de mi avatar virtual. No, no son los efectos psicodélicos del LSD!, Tampoco sufro de una depresión de accesos melancólicos como la padecida por el filósofo, Louis Althusser. Les confieso que sólo son, los efectos secundarios de un Happy Pinning!
El ratón de hojalata, o ‘la cucaracha metálica’, con estas metáforas o figura retórica, solía llamar a esos libros y autores olvidados y escurridizos a la luz, que se resistían a mi memoria de joven libertario. Ratones de hojalata escondidos como seres indeseados, por los rincones de la inmensa biblioteca de mi padre; solían aparecer de vez en cuando y desaparecer por largos periodos. Pero cada vez que lograba tropezar, o más bien, atrapar alguno de ellos nuevamente ya no lo soltaba hasta leerlo; el placer resultaba ser más intenso que la primera vez. (…)
En estos días he podido revivir, más que rememorar, esos momentos olvidados, que creía haber perdido en un viaje sin retorno por la vida vertical. La red social de Pinterest me ha permitido de forma virtual, rencontrarme con los propagadores de plagas, los ratones de hojalata y otros objetos escurridizos a la memoria y al tiempo (…)
Sabemos con certeza, que en entornos virtuales el ser digital, siempre sigue el camino más sencillo y el más lógico y el más primario de su humanidad; un retorno reconciliador con sus estados más proto-sociales. Lo atávico podemos atribuirlo a la expresión de un gen que habría quedado inactivo en algún momento de la historia filogenética de la especie humana.
Estoy convencido de haber resuelto una parte importante del comportamiento de los ‘meme’ sobre la nueva sociedad horizontal. Los ‘meme’ pueden estar detrás del mito fáustico del conocimiento ilimitado, quizás hemos resuelto en la era digital el mito y el conflicto entre el animal y el hombre por alcanzar la felicidad perdida de sus proto-lenguajes.
La plataforma social de Pinterest, es la nueva generación de redes sociales y cumple perfectamente con las premisas de mi tesis sobre el retorno binario: En entornos digitales, la respuesta de los ‘meme’ son inversamente proporcionales a los avances tecnológicos de los ‘mass media’ A mayor desarrollo tecnológico y complejidad de los entornos digitales, menor es la complejidad de las relaciones sociales y de los individuos en las redes (donde la simplicidad triunfa). Lo más avanzado tiene una respuesta ‘atávica’ más primitiva en nuestros reconciliadores ‘meme’. Cada vez son más las evidencias de un cambio evolutivo y acelerado de la inteligencia humana en forma de avatar. The enchantment factor and the likeability factor, como motores de la nueva humanidad digital; se encuentran en plena expansión producto de una nueva conciencia binaria. Un nuevo estadio del hombre asía ‘el asilvestrado digital’ (…)
Para la sociedad predigital, ‘el que mira para atrás se desnuca’, deja por lo tanto de ser funcional e importante para el consumo y la producción (se le llama despectivamente artista). El mirar atrás, tiene connotaciones negativas en la cultura dominante, un cuestionamiento supra-biológico. No es extraña, la existencia de un repertorio refranero como reflejo de la sabiduría popular. La ideología mecánica vertical, reproductora y aleccionadora, marca el camino de socialización y la dirección ha seguir a la tribu, de ahí, la resistencia al cambio. ‘Mirar hacia atrás es de perdedores’, ‘hacia atrás, ni para agarrar impulso’, dicen. La sociedad virtual está poniendo en riesgo la continuidad del conocimiento inútil y reproductivo. Las comunidades virtuales se están asilvestrando, Las nuevas relaciones virtuales, sin restricciones verticales, triunfan. Ni los vigilantes de la playa, podrán detener la vorágine digital. Aunque traten por la fuerza de regresarnos al mar, cual ballena varada en la orilla. Sabrán que tienen los días contados. A pesar de las leyes SOPA y la escalada censorship en internet. ‘El intento inédito, por reeditar y aplicar la teoría de las ventanas rotas’, a los seres digitales asilvestrados, será fútil, como el vuelo de Ícaro.
La mediocridad cundo llega, llega en forma de ideología, es un huéspedes que se instala para siempre, es un bien social y funcional, es un vehículo de transmisión del conocimiento como falsa conciencia. Su función es la reproducción del sistema y del mundo material como formas originarias y justificadas a través de leyes naturales. Es difícil romper sus ciclos, acaso imposibles. Su gran éxito ha sido la estabilidad histórica de la humanidad vertical y del conflicto como fórmula dialéctica de reafirmación.
¿Pero qué pasa cuando una hipótesis racionalista contradice la realidad, se atreve a ver dentro de la caja negra y formula sus hipótesis?. ‘Esa ballena es difícil de regresarla al mar’ Comparto con Richard Dawkins la tesis sobre la naturaleza de la existencia del hombre. “El hombre es una maquina creada por los genes” Deduzco de ello, la naturaleza individual del hombre, en contra posición a la tesis del hombre gregario, del cual nos hablan las ciencias exactas, como parte de su naturaleza y difundida verticalmente por la ideología mecánica vertical.
Auguste Comte. En su obra ‘Curso de filosofía positiva’ (1830-1842). Expone la Ley de los tres estadios… Nos anuncia con gran entusiasmo: “creo haber descubierto una gran ley básica, ‘nos dice’ a la que se halla sometida la inteligencia con una necesidad imposible de variar” (…) Realmente el tiempo se ha encargado de refutarlo. La aparición de una nueva realidad virtual, de una conciencia virtual, como forma de conocimiento. Ha dado al traste con las categorías imposibles de variar, según palabras del filosofo Comte.
Cada una de nuestras principales concepciones, cada rama de nuestros conocimientos pasa necesariamente por tres estadios teóricos diferentes, según Comte. El estadio teológico, o ficticio; el estadio metafísico, o abstracto; el estadio científico, o positivo… Habría que añadirle otro estadio, El estadio virtual o protosocial del asilvestrado digital… No pretendo reescribir los tratados de filosofía positiva. Solo contribuir a ilustrar y a entender la nueva dimensión del hombre, ausente o invisible para los filósofos de la humanidad vertical. Quizás así, podamos entender la invisibilidad de la inteligencia virtual de los humanos a través de la historia. No habiendo las condiciones necesarias para manifestarla los ‘meme’ en su estado latente.
¿Cómo operan estos modelos evocativos latentes, del comportamiento originarios contenidos en nuestros ‘meme’? Tengo una teoría al respecto, de la cual ya he hecho referencia en el anterior post de este blog: Los ‘meme’ son retroalimentados o eclosionados por una masa crítica necesaria, ‘la superconciencia binaría’, capaz de producir la unidad necesaria o el grado de información para la expresión de estos ‘meme’. Hablo de unidad de información en términos de Gúgol información digital y virtual. El ser protobinario o proto digital (the protobinary being) es un estadio superior al ‘ser digital’ La filosofía positiva desconocía el hecho del conocimiento y la conciencia virtual latente en los humanos, como parte necesaria y productora de la superconciencia binaria y de la sociedad horizontal de lo que trata este articulo o post, la sociedad de los Happy Pinning!.
El asilvestrado digital, es un estadio atávico de superconciencia, producto de la exposición al medio digital por largos periodos de tiempo, un proceso de reversión ideológica del mundo vertical. La exposición al medio, posiblemente, ha despertado los ‘meme’ reconciliadores con nuestros estados más primarios en busca de la felicidad perdida.
Estamos ante un lenguaje atávico, que es preciso entender, si se quiere conocer el significado del nuevo estadio de hombre: asilvestrado digital. Diría Fromm, sobre nuestro nuevo avatar de seres virtuales y conectados, que somos, como en nuestros sueños, creadores de un mundo en el que el tiempo y el espacio y la coacción, que limitan todas las actividades de nuestro cuerpo, carecen de poder. El mundo vertical, así, se convierte en el nuevo desgüesadero de la evolución de la inteligencia humana.
“La vida inteligente sobre un planeta alcanza su mayoría de edad cuando resuelve el problema de su propia existencia”. Richard Dawkins