Del “Niplegate” al “Do Not Track“
Alguna mente ociosa, y no por ello, menos prestigiosa en el gran conglomerado de conglomerados de Google, específicamente en YouTube, ha tenido la idea genial de crear un software “inteligente” capaz de detectar y borra pezones femeninos en los vídeos existentes en su base de datos. Conocido el escandalo como Niplegate. YouTube, es la Capilla Sixtina de la sociedad conectada. Todo ello nos recuerda a “Daniel Volterra que pintara unos velos ocultando las desnudeces de algunas imágenes del Juicio Final de Michelangelo. Aquella chapuza le valió al pintor que desde entonces fuese conocido como el «braghettonne» (El pone bragas)”
Proponer como un valor ético y moral, los residuos de la sociedad vertical o pretender injertar o inseminar a la sociedad conectada con valores en vías de extinción, “criogenizados”, es por lo menos, torpe, de torpeza. La humanidad virtual se aleja, se escapa a todo ello, como los arenques lo hacen de la depredación de los Delfines.
No estamos hablando de la vieja humanidad, ahora convertida o virtualizada por una suerte de artilugio tecnológico, un View-Master, una especie de estereoscopio fotográfico, del mundo; o de unas lentes en 3D… Estamos ante paradigmas aun por descifrar. Nuestro futuro como sociedad del éxito, se aleja cada vez más de la certidumbre y de la continuidad de la conciencia vertical. Los ciclos de pánico y miedo, han acompañado al hombre durante todos los procesos de la hominización. Se conoce como miedo al cambio.
Camuflar los arboles de arboles, no es nada inteligente, vestir al mono desnudo, tampoco fue acertado. Los museos secretos, los diccionarios secretos, y los ángeles sin sexo, fueron los protectores de nuestra moral vertical. Fueron El Fahrenheit 451 de la sociedad Off-line; con su oscuro pasado de iniquidades y santas inquisiciones del por si acaso. Aun hoy hacen sentir su pesada, silencioso y aniquilante sombra, sobre la humanidad conectada.
La censura preventiva del por si acaso, ha acompañado a la humanidad desde sus inicio, “es un signo inequívoco de hominización, de humanidad vertical, y varía de una cultura a otra y de una época de la historia a otra”. La idea perversa del mal menor, el todo no vale; La líneas rojas intraspasables; son el paralelo 38 de toda ideología y de todo dogma que se aprecie y de toda sociedad estable.
Es un huésped social y un valor que vive entre nosotros, anidado desde tiempos prehistóricos en los homínidos. ¿Cómo reconocer su diseño, su simetría, su ecuación perfecta? ¿Cuál es el grado? Si es que lo hay, que nos separa de los seres censores, reproductores perfectos, motores de la ecuación social dominante de la censura preventiva. ¡El gendarme necesario! ¡El gendarme espontaneo, el vigilante de la playa! ¿Existe una predisposición genética?
Cuando los individuos entienden, entronizan en grados, la sociedad como reflejo de sus actuales necesidades, virtudes, complejos, ideario, angustias, miedos, valores, sueños, fobias y fijaciones en términos psicológicos. Producen un conflicto de intereses, en el mejor de los casos, y un trauma insalvable para los humanos, altamente socializados. El miedo al vacío, a lo desconocido, el miedo a romper el cordón umbilical del claustro (lo conocido) la identificación funcional y apropiación del miedo como un firewall, necesario para que nada cambie.
Especie de “Nuestra particular Republica independiente de IKEA”. Lo más primario en el hombre, su naturaleza animal, entra en conflicto contra cualquier alteración del orden conocido e imperante. Entonces, nos sentidos expulsados como Adán y Eva, la recurrente tragedia del pecado original, la separación, la perdida y el éxodo.
Tenemos como homínidos urbanos, un problema de adaptabilidad ante todos los posibles e inevitables escenarios de cambio. Se conoce como resistencia al cambio en las ciencias sociales. Los síntomas de la “cambiumfobia” pueden tener sus orígenes en un conflicto originario, nativo inherente a la naturaleza animal; un origen latente, atávico, genético. (El huésped)
El grito primario, la llamada de la selva “The Call of the Wild” o el recuerdo traumático para al hombre primitivo, el recuerdo grabado de la dura transición, hace diez mil años, del paso del status de homo Nómada a homo Sedentario. Puede movilizar e inmovilizar a personas e individuos, pueblos o naciones, en persecución nostálgica de la defensa del Edén. Los homínidos siempre hemos luchado por no ser expulsados del paraíso, el mejor de los mundos posibles. Recogido en la tradición literaria y religiosa de occidente y en la visión cosmogónica de todas las culturas primitivas del planeta.
Entendiendo la sociedad como producto y expresión material del cambio. También comprendo la naturaleza de los enroques mentales y masivos ante un inminente cambio del orden de las cosas divinas o de las personales. Para Marx, ‘La sociedad es el producto de la actividad humana que se da en un proceso dialéctico’. Hasta hoy, esta conclusión, sigue siendo válida, no así su justificación e interpretación historica, como ‘historicismo’ o filosofía de la historia y práctica política.
Su utilidad científica, ha sido y es utilizada por las ciencias sociales y del comportamiento. Un ejemplo lo tenemos en la Sociología de Peter Berger. Que hace de ella, un instrumento metodológico, polémico dónde los haya, pero rico en aportaciones científicas, deslastradas de ideología política marxista revolucionaria. Fue útil para Robert K. Merton, y para Max Horkheimer y la sociología del conocimiento. Hasta ahora, poco documentada.
Comparto la definición y critica de Karl Popper sobre el historicismo como: «una aproximación a las ciencias sociales que asume que la predicción histórica es su objetivo principal, y que asume que su objetivo es alcanzable mediante el descubrimiento de los ‘ritmos’, o los ‘patrones’, las ‘leyes’ o las ‘tendencias’ que subyacen a la evolución de la historia» (Introducción a La miseria del historicismo). Popper criticó esta tendencia, practicada, según él, por filósofos como Hegel, Marx, Freud y Oswald Spengler.” y algunos otros filósofos de la escuela de Frankfort (…)
La metástasis como ejercicio de resistencia al cambio social, no es de origen institucional o jerárquico. La propagación del miedo social, como estrategias de resistencia complementarias al plan global del Edén. (¡El no pasarán!) Es quizás, una respuesta supra biológica del huésped. Son parte de la conciencia colectiva. Se hacen patentes, y se hacen sentir en lo colectivo y en lo individual, en forma de conciencia viral y coercitiva. Hechos representativos de la existencia de un orden vertical, de prelaciones, de sociedad que ha hecho bien su trabajo de objetivación y internalización de su estado de bienestar, en la conciencia de los individuos, programables, predecibles y binarios. ¡Sin la menor duda! El triunfo del gen censor, el huésped, acudiendo frenéticamente hacia el menor vestigio de herida o fractura del sistema, como las plaquetas en el cuerpo humano (…)
Es inherente a los seres humanos, es un “tatú” indeleble, el código de barras con el cual venimos al mundo, es el espejo en el que nos miramos todos. Son partes de un modelo caducado, fuera de serie, de fabricación, el recuerdo recurrente del Edén, que no cesa su trabajo de Firewall. Sera posible vivir con el huésped, con el Gen descontinuado en la sociedad conectada, aun a sabiendas de su inocuidad para la humanidad conectada. Sentirse un naufrago, no debe ser cosa fácil, para los que tienen autoconciencia de ser portadores del huésped de la censura, los cruzados de la sociedad vertical. Freud habla del malestar en la cultura en términos de conflicto entre eros y tánatos, quizás estemos hablando de lo mismo. Nuca antes una teoría había sido tan útil y tan oportuna para la sociología que la teoría social de Freud.
“Do Not Track” es un fenómeno de cambio semántico de tendencia hacia formas encubiertas de auto censura, menos intrusivas, y de mayor poder. Do Not Track: pretende ser una nueva generación de herramientas administrativas de regulación, de censura auto medicado. Inoculada de persona a persona, para evitar la horizontalidad de la distribución social de la información.
Esta herramienta permitirá que sólo los dos grandes buscadores del monopolio de la información se repartan el botín, “el vellocino de oro”, de los datos de navegación, tus vicios y virtudes. Las pequeñas compañías de marketing queden fuera del negocio. Ahora los avatares y perfiles no pertenecerán a la distribución horizontal y el beneficio colectivo. La sangre del sistema de la sociedad conectada, ahora tendrá dueño. Este poder en manos de Microsoft y Google y el Storage final, ‘Deep Impact’.