¿Somos activistas ciberutópicos?


El ocaso de la sociedad vertical

¿Es éste el último desafío lanzado por la sociedad conectada a la sociedad vertical, adaptarse o morir (adapt or die)? ¿Los síndromes están de moda como en el siglo pasado lo fueran los ismos? ¿Los síndromes son parte funcional de la nueva contracultura conocida como la generación digital? ¿El síndrome del bit cambiado es el ‘nuevo síndrome de china’? ¿Qué son los síndromes de nueva generación y cuál es su función y relevancia en la sociedad conectada? ¿Es éste el mejor de los mundos posibles en la era digital, ‘la sociedad conectada’? ¿Qué fuerzas hacen que seamos activistas del síndrome de ciberutopicos? (…)

Son algunas de las interrogantes y claves para entender los nuevos paradigmas y desafíos de una sociedad hiperconectada. Intentare reflexionar sobre todas ellas, y para nada tendrán el propósito final de pretender resolver su compleja trama en este reducido espacio de reflexiones sobre la sociedad conectada. Quizás también sea porque desconozco las respuestas.

Coincidirán conmigo que todo acontece vertiginosamente fugaz en estos tiempos de bit´s. No existen izquierdas ni derechas en este cosmos. Tampoco los manidos marcos teóricos. No existen posibilidades de instantáneas, tampoco la de photo-finish o radiografía.  La tarea de resolver las infinitas e inestables interrogantes, se la dejo a los sindromedados, seres superiores a mí, cuyo don es la profecía a lo Casandra, los Gurús y a los cyber_blog pony_express.

No es burla, hablo en serio, es la percepción crítica y positiva que tengo sobre nuestro mundo digital feliz, que golpea nuestras puertas… No espero salir indemne del síndrome de ‘rinoceronte’ no quiero ser el único ciudadano que se salve del contagio, como en la obre de teatro del absurdo de Eugène Ionesco.

Procurare ser coherente con mi visión calidoscópica sobre la evolución de la inteligencia binaria. Seguiré dando claves para entender los nuevos desafíos, avatares y paradigmas de la sociedad conectada. También seguiré llamándola contracultura, a toda formas social que choque con los establecido por la sociedad vertical, por ser esta la forma socialmente correcta y aceptada en contra posición al decrepito y defenestrado concepto de cultura marginal o subcultura. Por más que les moleste a los vigilantes de la playa, de la sociedad vertical, lo que nace binario trasciende lo marginal y se sitúa por encima de la sociedad vertical. (…)

Lo que ya no gusta tiene los días contados en la sociedad conectada. Lo que no es funcional y gratificante, pinners, likeable y enchantment, desaparece hasta de los anales de la wikipedia. Serán parte de la papelera de reciclaje de la humanidad conectada, cuya función no es más que la de servir de agujero negro.

Les hablo del concepto de subcultura, como bien la denominaría la antropología clásica. Si consultamos la wikipedia, ésta la describe en términos de ruptura con lo establecido, en términos de filosofía negativa: “…Para referir a lo que está por debajo de la cultura imperante; se prefieren los términos «infracultura» o «protocultura». «Subcultura» se usa en sociología, antropología y semiótica cultural para definir a un grupo de personas con un conjunto distintivo de comportamientos y creencias que les diferencia de la cultura dominante de la que forman parte. Se trata por lo tanto, de un término partitivo no peyorativo. Toda subcultura implica un sistema de normas y valores de cierta autonomía, aunque sin desligarse de la cultura global…” (Wikipedia)

El concepto de contracultura trasciende por su relevancia en las ciencias sociales, ha pasado de ser una simple descripción de un fenómeno cuasi intelectual, literario, bohemio y progresista, para convertirse en una categoría exhaustiva, rica y compleja, formado parte del cuerpo y léxico de la nomenclatura de muchas ciencias. El concepto de contracultura elevado al rango de categoría en las ciencias sociales.

…“El término contracultura se usa especialmente para referirse a un movimiento organizado y visible cuya acción afecta a muchas personas y persiste durante un período considerable de tiempo…(wikipedia”) Y que opera por debajo de la cultura dominante, en algunos casos underground.

Actualmente no podemos decir qué estemos ante movimientos organizados de carácter radical e iconoclasta y underground; más bien ante nuevos modelos de comportamientos funcionales adaptativos y necesarios para la reproducción del sistema de sociedad conectada, producto de la virtualización y ciberorganización de la humanidad horizontal. También como producto de los nuevos modelos tecnológicos y modelos de economía horizontal, long tail y wiki.

Cundo hablo de síndrome, lo hago en términos semiológicos, en cuanto y tanto se componen de: (síntomas y signo) y no estoy, para nada, obligo a hacer pensar en el ámbito de las patologías clínicas clásicas. Porque estas son de otro orden de cosas y calado. Pensar en términos de subcultura es oxidante, caustico y descalificarte para quien lo hace en la sociedad conectada. (Es decir, se castiga con el ostracismo del síndrome ‘unfriend’) Los síndromes de la cultura digital no aparecen paradójicamente por debajo de la cultura dominante, por lo contrario son en sí mismos la cultura dominante y prestigian socialmente a sus practicantes.

En el pasado los síndromes eran manifestaciones marginales de una subcultura o bien de una infracultura basada en valores estratificados y jerarquizados, pertenecientes a grupos o tribus urbanas y élites. Los ismos pertenecen a esta fenomenología corporativista de organización social.

Estamos ante una contracultura virtualizada, dominante y horizontal sin manifiestos, ni fisuras, ni puertas del sol anacrónicas, ni panfletos de sublevación bolchevique, al estilo o modalidad de Stephane Hessel y su manifiesto (indignaos). Todo intento de politizar, banalizar y convertir a la sociedad conectada en un rebaño, movimiento o tribu urbana marginal al estilo los macheteros o las panteras negras, han fracasado, son flor de un día.

Los intentos por recrear y revivir románticamente la forma de protesta urbana de los años sesenta han caducada o extinguido como los mamuts. Lo retro es nostalgia, cuya función es la reafirmación del éxito y reconocimiento de un orden superior, sobre el cadáver de un mundo extinto. Es jugar con el cadáver de nuestro enemigo como un elemento fetiche. Es el último chance, un intento desesperado de revivir avatares fracasados, revoluciones frustradas, utopías abortadas.

Querer ser beatniks, hippie, generación Beat o un Jack Kerouac legendario o una luchadora irrepetible y audaz como Ángela Davis, son parte de los últimos coletazos de la sociedad vertical. El firewall virtual de la sociedad conectada se encarga de cortar todo vestigio de sociedad vertical, todo conato nostálgico, por masivo que sea, todo intento de migrar las viejas formulas verticales y sindicalizadas son inútiles, fútiles y arcaicas.

Síntomas todos ellos de los nuevos tiempos de reorganización social inédita; parte del estuario digital de los nativos digitales o de los excedentes digitales que todo lo soportan. Pienso en la contracultura binaria como continuidad organica positiva de los nuevos avatares de los seres digitales, capaces de emerger y permanecer sobre la cultura dominante, en contra del defenestrado discurso dialectico e histórico hegeliano. También pienso en términos de darwinismo digital en protohumanos y en términos de supeconciencia como motor de la nueva humanidad. Todos estos ‘síntomas y signos’ configuran a los nuevos seres digitales sindromedados.

Es hora de que diferenciemos entre síndrome y tendencia, moda, costumbre y afición. Un síndrome es un rol, funcional. La sociedad conectada y los medios de nueva generación horizontales son uno de los ámbitos importantes en los que se generan y desarrollan roles sociales (síndromes) y estatus sin jerarquizaciones dominantes. Roles honestos y horizontales con ‘The enchantment factor and the likeability factor’. Una sociedad de seres conectados, pos humanidad vertical. O padeces de un síndrome o no eres generación digital y virtual. Quizás quien me este leyendo, sea un neófito digital, por lo tanto padece el ‘síndrome de newbie’. En mi caso padezco el ‘síndrome de Lurker’ (…)

El último de los síndromes en aparecer del que tengo noticias es el de ‘síndrome de piel de zapa’ a lo Honoré de Balzac. Les daré algunas pistas. La sociedad conectada necesita del rol del aducido para mantener el sistema, el precio que hay que pagar está basado en la economía del trueque. Tú me entregas tu ‘viejo avatar’ material (te quito vida) y yo te doy a cambio un nuevo avatar virtual e inmortal. Te quito vida material frustrante a cambio de vida virtual exitosa honesta y horizontal y free.

“…La participación de los web-actores adquiere importancia superior a la descripción de cualquier nodo físico dentro de una comunidad. Creando su propia comunidad cultural efímera y/o atemporal. Cada web-actor adquiere la personalidad inducida o condicionada por el sistema. Las personas participantes de una comunidad online adquieren formas funcionales y roles arquetípicos que le son útiles al sistema para su subsistencia y mantenimiento de la comunidad virtual” (La rebelión de los Lurkes / Participation Inequality) Blog de Manuel Ponte.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=aZKaMjF9cv4?rel=0&w=560&h=315]

¿Es este el mejor mundo posible de la era digital, ‘la sociedad conectada? Los nativos digitales viven con euforia la virtualización de la humanidad. ¡Placer multiorgásmico dónde los haya! Apuestan por un entierro digno para el homo-sapien, el viejo cazador y exterminador de homo-neandertales. A diferencia del viejo topo, ‘la revolución’ que recorría el mundo, según Marx, también ha cambiado por formulas horizontales y transparentes y al descubierto. Con la virtualización las luchas de clases, es un referente de los viejos conflictos del homo-sapien generador de la vieja humanidad vertical.

Si la pos humanidad conectada, es parte de una nueva humanidad, la del homo_0_1, la del hombre digital o binario. Ello nos obliga a pensar en la posibilidad de que los “genes egoístas de Dawkins”, descubridores del leguaje como acelerador de la evolución de la inteligencia humana; ahora hayan descubierto en la virtualización de la humanidad nuevos instrumentos inéditos para el inicio de una nueva evolución, aun más acelerada que la etapa del desarrollo del lenguaje. Es la tesis que vengo manteniendo en los últimos años de investigación del comportamiento digita y social en la sociedad conectada.

¿Somos activistas ciberutopicos? La adicción a los nuevos medios digitales y la euforia con que se viven y se distribuyen horizontalmente los contenidos y actividades de nuestros avatares en las multiplataforma sociales, despejan cualquier dudada al respecto. Lo que la naturaleza y humanidad vertical y la sociedad te ha negado. Ahora tienes una segunda oportunidad en las redes sociales. Una vida sin complejos, honesta y libre entre iguales, una vida inmortal sin frustraciones y colaborativa. Es el triunfo del hombre asilvestrado, el protohombre volviendo a casa.

Si convenimos que somos el homo_0_1, entonces podemos afirmar que los genes tienen un plan, y han encontrado en la virtualización, el momento de desplegarlo. Sabemos con certeza, que históricamente, dichos planes, han estado latentes en periodo de invernación, su letargo se justifica por la ausencia de mecanismos como el lenguaje y ahora por la virtualización humana, ausentes todas estas capacidades en los homo-sapiens durante muchos siglos. La humanidad conectada sufre nuevamente el síndrome del bit cambiado’ algo o alguien ha hecho que la humanidad cambie la secuencia o valor de un bit por otro, (0_1) para que todo se reinicie. Para que un nuevo plan se despliegue. El plan de una nueva evolución de la inteligencia humana. ¡Quizás sea un fallo inducido y cíclico, pero el síndrome del bit cambiado es recurrente en la historia de la extinta humanidad, tal cual la conocimos.

Cuando hablábamos del ‘síndrome de china’ y lo comparábamos con el del bit cambiado, pretendíamos establecer una correlación en sus fines y no en sus principios. El propósito ideológico de crear una ‘metáfora’ apocalíptica sobre la tecnología es muy conocido en la corta historia de la humanidad. ‘El síndrome del bit cambiado’ no alerta sobre nada, lo que de por sí, ya es un cambio de tendencia en el devenir de la vieja humanidad.

La supeconciencia binaria de la sociedad conectada devela los mecanismos de la evolución de la inteligencia humana y en tiempo real. Jamás los humanos habíamos podido hacerlo, el disertar sobre la evolución de inteligencia humana, cual reality show se tratase. Los síndromes son manifestaciones funcionales caracterizadas por (síntomas y signos) Cundo hablo de síndrome, lo hago en términos semiológicos como sistema regulador. ‘Los síndromes como objetos cargados de sentidos, como sistemas de significación y lenguaje binario’…”Los síndromes de la cultura digital no aparecen paradójicamente por debajo de la cultura dominante, por lo contrario, gozan y son en sí mismos la cultura dominante y prestigian socialmente a sus Acólito o practicantes…” (Blog de Manuel Ponte)

La exposición prolongada de los humanos a la digitalización y conectividad del medio social o virtualización del mundo real, genera en cada individuo conectado (nodo) ‘síntomas y signos’ manifestaciones todas ellas de reorganización y de surgimiento de nuevos roles inéditos y funcionales útiles a la nueva humanidad conectada, síntomas y signos reconocidos como síndromes. (…) Bienvenidos a la galaxia Gutenberg, ¡Ah, disculpen!. Esa ‘era’ la aldea de Mcluhan. Quise decir la galaxia de los seres digitales y del activismo ciberutopico o lo que es lo mismo la sociedad conectada. Todo el tiempo les he estado hablado y divagando sobre el mismo tema con diferentes nombres y adjetivos. La polémica está servida, ciberutópicos vs ciberescépticos y demás seres de la fauna en vías de extinción. (…)

(…) La exposición prolongada de los humanos a la digitalización y conectividad del medio social o virtualización del mundo real, genera en cada individuo conectado (nodo) ‘síntomas y signos’ manifestaciones todas ellas de reorganización y de surgimiento de nuevos roles inéditos y funcionales útiles a la nueva humanidad conectada, síntomas y signos reconocidos como síndromes reguladores y necesarios por la sociedad hiperconectada.Una evidencia más del síndrome del bit cambiado.

1 Comments on “¿Somos activistas ciberutópicos?”

  1. Pingback: ¡Crónica del secuestro de un avatar! | Blog de Manuel Ponte

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