Religión horizontal sin Dios
La política entendida como código abierto
Tenía pensado escribir sobre “la política entendida como código abierto” «open source» producto de una sociedad virtual empoderada, pero me he visto superado por otra idea recurrente que en principio creo, ayudaría a entender éste y otros fenómenos adscritos al discurso del cambio de paradigma social «sociedad disruptiva» «sociedad hiperconectada» Cabrían muchas más etiquetas «tags» y todas validas, pero ninguna explicaría la totalidad y armonía omnicomprensiva del todo. La sociedad como religión horizontal sin Dios, y la política como código abierto, manifestaciones del cambio de paradigma.
Surge la necesidad de hacer comprensible la sociedad como personalidad sometida a una nueva humanidad hiperconectada y virtual. Una cosa es el cambio social y otra muy distinta el cambio de paradigma de la sociedad a otra cosa «Nuevo avatar» La tarea científica es identificar, explicar y definir esa otra cosa y enunciarla. La idea no es mía, ya la formulara Albert Camus cundo decía esto: «El marxismo se ha convertido en una religión horizontal sin Dios, en una doctrina, en un dogma de fe, en una religión sin trascendencia, sin más allá, sin Dios». El centro de esta religión no es «el hombre» como objeto de la creación; tampoco el individuo en términos históricos y objeto de derechos y deberes. Es la política, la sociedad y los pueblos «La sacrosanta opinión pública»
Hace tiempo que utilizamos un decálogo de categorías históricas caducadas, y lo más dramático de ello, inocuas. La izquierda, la derecha y el centro demócrata, han sido vaciadas de representatividad efectiva, de contenido. Ahora estas y otras categorías solo existen en una misma dimensión virtual, la sociedad horizontal. De ahí el grito de ¡No nos representan!
«La rebelión humaniza al hombre, liberándole de sus ataduras a los mitos; la revolución, en cambio, sustituye un mito por otro e intenta divinizar al hombre por y a través de la historia: «El socialismo —dice Camus— es una empresa de divinización del hombre y ha tomado algunos caracteres de las religiones tradicionales»»
Estamos ante una nueva rebelión inédita contra la rigidez de los «tótem y los mitos» Las constituciones y las leyes se perciben como modelos de sociedades arcaicas pres-digitales, analógicas. Se impone la racionalidad de «queremos decidir» las sociedades y los pueblos, y no los individuos, son los sujetos de derechos. La contracultura horizontal de si se puede, dinamita el mito decimonónico universal de individuo como categoría histórica y sujeto de derechos.
Las constituciones se perciben como obstáculos para el nuevo modelo de sociedad horizontal en constante «Transformers» la sociedad sometida a las presiones plebiscitarias son modelos de supra-estados desestructurados, anárquicos en las ideas y pragmáticos en los fines. Sociedades hedonistas sin individuos, es el estadio suprior de la sociedad horizontal sin Dios, y esta vez sin individuos, sin el hombre como centro de la historia.
El individuo no existe, ni como nuevo mito dialectico de la historia, ni como concepto en una red social, lo que dificulta a mí entender el no poder conocer la personalidad del “consumidor” “Lo mismo vale para el ser social de la política» Cabe preguntarse por el lugar del individuo dentro de un universo tan grande de supra entidades complejas e hiperconectada. No confundir entidad con individuo, existen los avatares no individuos. Un avatar no es un individuo es una entidad perteneciente a una superconciencia compleja y diádico, la sociedad de los (0_1) los «seres digitales» que diría Nicholas Negroponte, el fundador del Laboratorio de Medios «Media Lab» del Instituto Tecnológico de Massachusetts MIT.
La creencia embebida de una naturaleza y unas leyes que emanan de las sociedades y los pueblos ha tomado entidad propia «conciencia» cuerpo y representatividad en los movimientos políticos de nueva factura. Y digo factura y no generación, porque esta no se ha terminado de gestar. En fraseología Marxista diría, que la sociedad horizontal es partera de la historia. Y la sociedad vertical «prehistoria»
Para Sigmund Freud, el estado natural de la sociedad era la neurosis, como consecuencia de la inmersión cultural o transición del mono a hombre. Pero qué sucede cuando la sociedad te permite hacer lo que imaginas sin miedo, sin restricciones, sin tabú. Es la nueva versión de sociedad horizontal sin Dios; la cyberorganización de la humanidad y los entornos digitales nos permiten cuestionar los modelos rígidos, entornos no amigables, no permeables. El poder trasformado como ejercicio de la Política y no a la inversa. Si el poder es un ejercicio horizontal, se podrá sobrescribir en ella, es la idea colaborativa de la política como «código abierto» la constitución y las leyes en constante mejora y versionadas como el software.
La idea de Albert Camus, y sus premisas históricas sobre la humanidad se ven superadas más allá del individuo, aquello de: «La rebelión humaniza al hombre, liberándole de sus ataduras a los mitos» se ha cumplido con matices. La nueva rebelión rompe las ataduras con las ideas de Montesquieu y John Locke «viejo mito». La separación de poderes contradice el poder horizontal como ejercicio abierto y democrático, y en constante versionado popular. El gobierno de los pobres por los pobres, es horizontal. Es el discurso derivado de la sociedad hiperconectada como nuevo avatar de la humanidad sin Dios, y sin individuo.
Los movimientos electorales basados en los 144 caracteres y el trending topic, son parte de la cultura nativa revisionista del «enchantment factor» de la sociedad conectada y del culto al «Followers» auténticos motores de la social media y la conversación horizontal. Los prosumidores «consumidores y productores» son los responsables sociales de esta nueva rebelión horizontal sin Dios. De ahí que los movimientos ciudadanos se desmarquen de la izquierda y la derecha política estigmatizada por el poder no versionable. Se impone la democracia líquida, monitorizada, como nueva personalidad social. Democracia horizontal plebiscitaria, nuevo mito nuevo orden.
Un mes y poco más, es lo que he tardado en corregir mi teoría sobre «la democracia monitorizada» donde afirmaba lo siguiente: «…Me complace hacer una analogía del comunismo y su etapa evangelizadora, con la promoción del individuo por encima de las leyes. Solo el individuo decide sobre la oportunidad de una ley, si esta le representa o no. No existen leyes objetivas que nos representen. Su universalidad se aleja de mis necesidades individuales; contra mayor sea su grado de universalidad, mayor es su distancia a mis necesidades individuales ¡No, no me representan!»
Los teóricos de la democracia deliberativa como «Jürgen Habermas» argumentan que las decisiones sólo pueden ser legítimas si llegan como consecuencia de una deliberación pública por parte de la ciudadanía. La democracia deliberativa es una de las fuentes filosóficas de la democracia horizontal. La primera se ampara en la división de poderes, y en la perfectibilidad de la democracia. La segunda niega la legalidad y legitimidad parlamentaria como forma de gobierno e inclusive el estado de derecho. Lo deliberativo pasa hacer democracia en caliente, Y la opinión pública, el verbo de la religión horizontal sin Dios, y sin individuos, solo entidades complejas en conversación horizontal.
¡La muerte del individuo!
Afirmo que existe una correlación entre la muerte del individuo, hasta ahora centro de la humanidad conocida por las ciencias políticas y de la comunicación, con la sociedad horizontal sin Dios. La sociedad liquida «Democracia monitorizada» rompe los enlaces con la sociedad de los viejas teorías y los mitos sobre el individuo. La sociedad horizontal descubrió que se podía pertenecer a una entidad superior al de las leyes y los estados. Se reclama una sociedad liquida basada en los entornos digitales, una sociedad personalizada versionable y «Open Source» donde todos podamos sobrescribirla y editarla. “Que nos represente”
«No sigas a la mayoría para obrar mal»
En que difiere el concepto inacabado de «Hombre-masa» del filósofo José Ortega y Gasset, al de Herbert Marcuse, Bertrand Russell, e incluyendo al de Umberto Eco, con el de «sociedad sin individuos» La evolución o quizás más bien metamorfosis, observada desde diferentes campos del conocimiento del concepto hombre -masa e individuo a través de las teoría reciente, nos aporta evidencias sobre un constructo basado en el individuo, sujeto ideológico, y centro del socialismo histórico. «El socialismo —dice Camus— es una empresa de divinización del hombre y ha tomado algunos caracteres de las religiones tradicionales»
«El hombre-masa de Ortega y Gasset, es producto de una época que se caracteriza por la estabilidad política, la seguridad económica, la comodidad y el orden público. El mundo que rodea al hombre no le mueve a limitarse en ningún sentido sino que alimenta sus apetitos, que en principio pueden crecer de forma indefinida» Alguien puede hoy seguir validando este concepto. ¡En él falla todo! En la actualidad nada de esta definición de hombre-masa es objetivamente observable. Hacer política en la sociedad hiperconectada con tipos ideales, es no atender los semáforos.
Nota: Vean este vídeo impecable que desmonta las dos vertientes antagónicas populistas del siglo XXI. Los Apocalípticos vs. integrados, radicalismo de Izquierda y de derecha cebándose en la pobreza como justificativos del totalitarismo…
Religión. Fin de un mito civilizador. A lo mejor Freud tenía razón y solo nos queda la neurosis y la red. Buen artículo pero tal vez son de aquellos que dos mese despues uno deberia dejarlo a la mitad un saludo cordial j re
Le pondré en el Tour de blogs un invento para hablar de nosotros
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Muy interesante planteamiento. Con tu permiso reblogueo la entrada. Saludos
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