La rebelión de los Lurkes / Participation Inequality
Hace tiempo escuche a Clay Shirky disertar sobre “Instituciones v/s colaboración” con proposiciones arriesgadas sobre la wikinomics. Lo que me hizo reflexionar sobre el rol de los lurkers y su valor económico en la larga cola (long tail) de las comunidades de prosumidores online y redes sociales. Shirky en su exposición nos habla sobre: ¿Cómo hacen los grupos para obtener resultados? ¿Cómo se organiza un grupo de individuos de modo que el resultado de su trabajo sea algo coherente y de valor duradero, en vez de algo simplemente caótico? En terminología económica, este problema se denomina «costos de coordinción». De esto y de algunas cosas más nos habla Clay Shirky en el siguiente vídeo.
La rebelión de los Lurkes
El 90% de los usuarios de una comunidad online son lurkers. Lo que tiene preocupado a muchos analistas de la “sociedad de la información” que no terminan de comprender el fenómeno en sí, de la participation Inequality de esta concentración de seres virtuales. Sobre todo, preocupa a los profesionales del marketing vertical. ¿Qué hacer con esta inmensa masa silenciosa? En mi hipótesis Los lurkers son parte de la conversación online –sin tener que decir nada, participan- participar en las comunidades digitales de los “beings engaged” no requiere palabras, no requieren de la comunicación verbal para sumarse a un grupo y convertirlo en una fuerza. Los lurkers forman un capital binario necesario en toda conversación horizontal. Este fenómeno de comunidad también conocido como: Principio de la sabiduría colectiva y/o “Cien mejor que uno” la tesis de James Surowiecki.
Para Ana Mª Cestero, profesora de Lingüística de la Universidad de Alcalá. Los griegos y los romanos establecieron las bases de este idioma sin palabras en el mundo occidental y ambos, practicaban casi las mismas formas de saludo, entre las cuales destaca el hábito de estrecharse la mano. La evolución de la inteligencia humana, del human_0_1 ha mutado las formas primarias de comunicación no verbal desde “el mundo real” asía los entornos virtuales de las redes sociales y comunidades en red. La sola presencia de un ser digital con solo su avatar, tienen un peso en el equilibrio y sostenimiento del sistema de la participación de una comunidad en línea (un lurker) configuran el autentico capital binario de comunicación por excelencia.
En el zoo humano Desmond Morris, el biólogo y etólogo británico, examino el comportamiento humano en las ciudades, así como también el lenguaje corporal como forma de participación primitiva y su adaptación al nuevo medio. No son extraños estos mecanismos, periódicos, en la corta evolución del homo sapiens. Los entornos digitales y virtuales son propicios para nuevos cambios evolutivos, configurando una inédita comunicación virtual del lenguaje corporal, en otra dimensión colectiva de consecuencias inimaginables.
Gracias a Jorge Juan Fernández García y su extraordinario libro “Más Allá de Google” del cual me he tomado la libertad de tomar prestado muchos de sus textos de forma literal y precisa dada su importancia. También al ineludible Alfons Cornella, un autentico animal binario Español, maestro en estos temas y genial analista tecnológico. En el capítulo del libro de Jorge Fernández: la Regla del 90-9-1. Esta regla en particular me ayudara a explicar con arreglo a las tesis que vengo sosteniendo hace algunos años sobre la complejidad de la participación online de los webactores, como bien los llama Francis Pisani en “La alquimia de las multitudes”.
En el capítulo la Regla del 90-9-1
(…) Nos dice: “En prácticamente todas las comunidades online, el 90% de los usuarios son lurkers (http://en.wikipedia.org/wiki/Lurker), personas que leen y/u observan, pero que “nunca contribuyen a la discusión” mientras que un 9% contribuyen de manera esporádica o mediante actividades sencillas, como emitir un voto, y el restante 1% son los usuarios que realmente participan activamente mediante sus contribuciones. Como señala Jakob Nielsen sobre estos últimos: “parece como si no tuvieran vidas, porque introducen comentarios sólo unos minutos después de que cualquier evento sobre el que escriban ocurra”.
Los lurkers están en “shhhhhhilencio”. Son como la letra “h”, que se escribe en las palabras, y no participa en su pronunciación. Pero tal y como se señala en Wikipedia: “De acuerdo con la teoría de las comunidades de práctica, un lurker tiene una participación periférica legítima y se espera que, con el tiempo, pueda llegar a integrarse como un miembro activo de la comunidad”. La primera referencia a esta idea de “desigualdad en la participación” (participation inequality) se debe a Will Hill, de Bell Communications Research, en: Steve Whittaker, Loren Terveen, Will Hill, and Lynn Cherny (1998): “The dynamics of mass interaction”, Proceedings of CSCW 98, the ACM Conference on Computer-Supported Cooperative Work (Seattle, WA, November 14-18, 1998), pp. 257-264. Disponible en http://www.ghostweather.com/papers/dynamics-mass-interaction.pdf.(…)
Un artículo escrito por Nielsen, Quizás no tan importante, pero con sus mejores intenciones, explica los aspectos “negativos” de esta desigualdad en la participación y lo qué hay qué hacer para evitarla (en la medida en la que sea posible). No comparto las conclusiones a las que ha llegado este ingeniero de interfaces Jakob Nielsen sobre la negatividad de los lurkers. Pensar que un lurkers no participa en la conversación es un error muy común de apreciación sobre realidades complejas que difieren del mundo físico y mecánico predecible. Es fácil caer en el reduccionismo cundo hablamos de fenomenología, sociología o antropología cultural.
En el libro, The Wisdom of Crowds, “La sabiduría de las multitudes” o “Cien mejor que uno” como se conoce en lengua española, James Surowiecki explica que la suma de la inteligencia conectada en red de las multitudes, genera una sabiduría colectiva excepcional. Surowiecki sugiere que buscar necesariamente a un “experto” como la persona más inteligente y necesaria para solucionar un determinado problema, no sería la mejor opción, quizá fuera mejor, preguntar a la multitud, poseedora de una supra-humana sabiduría binaria.
Todo esto nos dice que la energía producida por la “masa crítica” de webactores, genera comportamientos inéditos para las ciencias sociales y/o del comportamiento. La participación de los webactores adquiere importancia superior a la descripción de cualquier nodo físico dentro de una comunidad. Creando su propia comunidad cultural efímera y/o atemporal. Cada webactor adquiere la personalidad inducida o condicionada por el sistema. Las personas participantes de una comunidad online adquieren formas funcionales y roles arquetípicos que le son útiles al sistema para su subsistencia y mantenimiento de la comunidad virtual. Los Lurkers son parte de la conciencia colectiva y de la inteligencia: Nadie forma parte de la cultura de una comunidad si no quiere. En una manifestación del mundo real, son más importantes los lurkers que los líderes o voceros de la manifestación. Su masa es la fuerza de cohesión de todo movimiento social o cultural o revolucionario.
Como es la comunicación entre lurkers, es una interrogante que está por resolverse. Si algo sabemos hasta ahora, es su importancia y contribución a la sabiduría de las multitudes. Su comportamiento es comparable a las neuronas espejo y su rol en la evolución de la inteligencia humana. Sabemos que se está configurando una inteligencia virtual superior a la humana, una superconciencia colectiva, donde los lukers forman unos ejércitos de neuronas y genes inteligentes. Un lurker tiene una participación replicante dentro de la comunidad, observa y aprende al igual que las neuronas espejo. Trasmitiendo información al sistema, son parte de la comunicación no verbal e intrínseca al los nuevos lenguajes virtuales producto de la evolución.
El lurker es un tipo de personalidad un arquetipo.
Patrick Lambe es el responsable de un estudio, muy curioso, sobre la participación en las comunidades online en un intento de darle forma descriptiva y establece una relación entre cultura y comportamiento y identidad virtual.
(…) Los arquetipos son de carácter implícito o tipos de personalidad, integrado dentro de la narrativa la conciencia de cualquier grupo social que tiene una identidad propia. Una vez que tenemos una identidad como un grupo, contamos historias a nosotros mismos y a los demás. Todas estas historias representan y expresan diferentes aspectos de nuestra experiencia vivida como un grupo cohesionado.
La colección de narraciones que compartimos, constituye un rico recurso, contextualizado por cómo nos vemos a nosotros mismos y entre sí. Nuestra cultura como un grupo está representada por los temas comunes y las conversaciones horizontales que refuerzan dichos vínculos en nuestros escritos. Los aspectos de la personalidad pasan a primer plano en nuestro grupo de historias igualmente reforzar y expresadas en sentido de identidad común. (…)
Nuestra participación en las comunidades online son mutaciones de nuestras latentes vidas reales. En los entornos digitales los arquetipos son caracterizaciones de personas extraídas de la gente del moribundo espacio real y de experiencias reales verticales, pero expresadas como un todo, como cultura de la comunidad online. Los arquetipos pueden llegar a ser una muestra de las historias que la cultura dice sobre sí misma. De ahí lo relevante del estudio de dichas caracterizaciones sobre la participación en los grupos online. Los arquetipos como objeto de estudio nos pueden dar pistas útiles sobre nosotros mismos y de nuestro nuevo avatar virtual como human_0_1 Una de las peculiaridades de la cultura del grupo es la rapidez como se aclimatan los participantes a ella, ¿nos convertimos en exponentes consciente de ello? Es muy difícil ser conscientes de nuestra configuración cultura más allá de los primeros días de ser un recién llegado. Las representaciones arquetipo pueden ser útiles y de gran alcance como parte de cualquier estudio sobre la cultura de la comunidad online.
El estudio es un intento por ponerle rostro e imagen humana (identidad) a todos los arquetipos de las personalidades integradas en la narrativa de cualquier grupo social online. Toda “comunidad digital” es un sistema en equilibrio y un modelo en sí de sociedad virtual, un ecosistema, representada por arquetipos de personalidad atemporales y efímeras. Tan duraderas como la vida de la comunidad y su función. La costumbre y uso reiterado de llamar comunidad a los grupos virtuales de webactores como se tratase de una categoría social del mundo real, es un concepto que no comparto. Sólo para uso de este blog seguiré adjetivándolo como comunidad a los colectivos virtuales que comparten ideas, fines y acciones colectivas; siguiendo el uso que hace Patrick Lambe para referirse a los grupo de individuos conectados online, que son objeto de estudio de campo.
Los humanos a diferencia del resto de los homínidos inferiores, somos seres arquetípados, configurados con personalidad propia, formamos parte del plan de la evolución de la inteligencia humana. Que nos asigna ciertos roles funcionales ante escenarios y entornos culturales, dónde la disfuncionalidad se paga caro. Sin embargo, cualquier conjunto de arquetipos no es una expresión universal de la identidad completa de ningún grupo o comunidad online. Un mapa de la participación de los arquetipos digitales de una comunidad en línea, sería algo parecido a la propuesta de Patrick Lambe en el estudio: Mapping the culture of an online community.
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