“Superconciencia” Principio binario en la filosofía de Teilhard de Chardin
Internet se está convirtiendo en la base de las relaciones sociales del “human_binary” sin que éstas tengan entidad física; están remplazando o superando la relación física de la vieja humanidad, mediante la nueva sociedad horizontal, digital y virtual; relaciones mucho más gratificante en contraste con los modelos verticales de sociedad coercitiva. A esta tendencia a reaccionar, positiva o negativamente según lo gratificante de las relaciones, la llamaría Talcott Parsons modo catético. Internet es un medio infinito de neo relaciones catéticas, pero limitado para ser usado sólo como medio tradicional de relaciones verticales de comunicación.
Las ciencias sociales y del comportamiento, al igual que la Filosofía no han podido explicar; los cambios sociales de la humanidad en las últimas décadas del siglo XX. Las ciencias sociales jamás han podido explicar, en este corto periodo, un solo fenómeno que satisfaga a todos. Es el caso de la sociedad digital y del paradigma del human binary (huma_0_1), proposición científica invisible, perteneciente a la caja negra de las especulaciones del racionalismo crítico. Más que ciencias sociales han sido corrientes de pensamiento “doctrinario” opuestas a cualquier crítica al humanismo clásico. El humanismo, por lo tanto, se ha convertido en una realidad alienante, un axioma evidente que no necesita discusión. Cualquier revisión pondría en cuestionamiento el orden inmanente de la civilización vertical y sería un desafío profundo al sentido de la predominancia humana”. Sus herramientas son decimonónicas. Incapaces de medir el cambio sin ideología.
Su parálisis es propia del “rigor mortis”, su estado de rigidez se explica sólo por su involucionismo teórico. Estas ciencias son hijas y parteras de la sociedad vertical, se niegan a cambiar y desaparecer, se retrotraen a su progreso o desarrollo, son pilares seculares del humanismo ideologico. No esperemos nada de ellas que no sea la reproducción y justificación del orden social de sus padres mentores. Ponerlas a trabajar sobre los nuevos paradigmas, es como poner a un zorro a cuidar las gallinas. “Kuhn defiende la tesis de que la ciencia ha avanzado a través de paradigmas que dominan la mentalidad de cada época: los nuevos desarrollos científicos son únicamente examinados a la luz del paradigma en uso y sólo raramente ocurre una revolución que cuestiona el paradigma mismo”. Kuhn soslaya inconscientemente la evolución de la inteligencia y la sustituye por un simple aforismo, la objetividad está en la estructura de las revoluciones científicas. Pone los cimientos de la metodología en el humanismo clásico, la historia del humanismo como motor de la realidad científica. En pleno desafío al racionalismo critico. Que dinamita las teoría del empirismo científico, arcilla del humanismo contemporáneo de thomas Kuhn.
Existen pensamientos y actitudes en el universo digital que cohabitan como huéspedes indeseados, polizontes, seres encubiertos y entrelazados por la diversidad de la fauna binaria. Su naturaleza vertical y ordenada, los delata, son invariables a pesar de la doctrina de los nuevos tiempos de “los_ceros_y_los_unos”. Son lo más parecidos a las unidades de longitud, como el Metro (m): cuyo patrón se conserva en París, hecho de materiales de platino iridiado para evitar cambios o variaciones en el tiempo.
Cómo Antropólogo y Sociólogo me he visto en la más extrema inopia al tratar en los últimos años de encontrar marcos teóricos y bases metodológicas validas, dentro de las diferentes corrientes de pensamiento. Buscaba teorías que no caducaran como los yogures. Tarde demasiado en enterarme que el humanismo había sido una carga emocional para el pensamiento objetivo de las ciencias sociales. Era culpable de haber creado continentes de pensamiento abstracto y vertical. Todo estaba contaminado de humanidad clásica y superior a cualquier evidencia científica. Equivalente la visión antropocéntrica de los antiguos sobre la tierra como centro del universo. A pesar del modelo astronómico de La teoría heliocéntrica de Copérnico, la humanidad no fue capaz en muchos siglos de apartarse del centro del universo, hasta no hace muy poco. El sistema inmunológico que ha generado el humanismo a nivel de la conciencia lo mantiene, ciego pero a salvo de ataques y contaminaciones.
La adjetivación posmoderna y posthumanidad ha sido utilizada para caracterizar diferentes movimientos filosóficos, ideológicos y religiosos. Algunos hablan de la materia, otros del existencialismo, la organización política, la tecnología, la teología y la ciencia ficción. Existen diferentes discursos y puntos de vista adversos sobre el advenimiento de la posthumanidad. Más bien, mesianismo y deseos intelectuales de que ocurra algo, así como la fábula de Esopo: El pastorcito mentiroso. La moraleja más conocida del planeta es que al mentiroso nunca se le cree, aun cuando diga la verdad. ¿En qué momento de la fábula de Esopo estamos; al principio de la mentira o al final de la fabula, la verdad?
Podemos acudir a la obra de Robert Pepperell publicada por primera vez en la década de 1990. The Post- Human Condition, que no es la obra de un mentiroso pero si un fabulador del cambio y un mesiánico. “A través de la aplicación de ciertos rasgos del espíritu y del estilo característico del postmodernismo, el autor se propone explorar temas que desestabilizan las concepciones tradicionales sobre la naturaleza humana y su superioridad en el universo conocido. La condición “posthumana” argumenta que tales preguntas son difíciles de abordar dado los conceptos de la existencia humana que hemos heredado del humanismo, muchos de los cuales ya no puede ser sostenida. Las nuevas teorías sobre la naturaleza y el funcionamiento del universo derivados de modelos de computadora sofisticados están comenzando a demostrar la profunda interconexión entre todas las cosas en realidad en la que previamente habíamos visto separaciones solamente. Esto tiene implicaciones para las visiones tradicionales de la condición humana, la conciencia, la manera en que vemos el arte, y para algunos de los problemas más antiguos de la filosofía”.
Hoy el mesianismo se hace más patente en el universo digital. A falta de teorías científicas que arrojen luz sobre los últimos paradigmas que sacuden la humanidad. Tendremos que echar mano de algunos “gurús” del pasado reciente. En el libro El fenómeno Humano, Teilhard de Chardin, el religioso, paleontólogo y filósofo francés que aportó una original visión de la evolución y del concepto de humanidad. Hoy lo llamaríamos el gurú del posthuminismo y de las masas inteligentes, a pesar de su dogmatismo religioso y el desconocimiento de la sociedad digital y virtual. Es cierto, esto lo he traído y agarrado con pinzas, fórceps y bisturí láser. Pero sólo por sus aportaciones, cuasi perfectas, adelantadas a su tiempo, sobre la evolución de la inteligencia humana en términos binarios. Les dejo aquí algunas perlas sobre la tecla enter de la evolución del human_0_1, según el paleontólogo Teilhard. Quizás sus tesis están poco trabajadas a falta de evidencias de la existencia de la tecla enter: El biólogo Francisco J. Ayala realiza una síntesis sobre el pensamiento de Teilhard de Chardin y lo reduce a cuatro puntos básicos, que no he querido alterar ni excluir ninguno para que cada cual saque sus propias conclusiones sobre dichas tesis. Son las siguientes:
El tiempo: la cuarta dimensión Antes de la aparición de la teoría de la evolución, predominaba la imagen de un universo estático, formado totalmente desde sus lejanos comienzos. Por el contrario, con la evolución aparece la dimensión “tiempo”, como un actor principal, ya que el cambio es lo esencial y lo estático es lo inexistente.
La evolución universal Según Teilhard, no sólo la vida, sino la materia y el pensamiento están también involucrados en el proceso de la evolución. De ahí que es necesario atribuirle a dicho proceso un sentido.
Principio de complejidad-conciencia El sentido de la evolución, que involucra tanto la materia, como la vida y el pensamiento (o el espíritu), está comprendido en un principio descriptivo de la mayor generalidad: la tendencia hacia el logro de mayores niveles de complejidad y, simultáneamente, al logro de mayores niveles de conciencia.
Omega: la meta de la evolución A partir de la tendencia del universo, guiado por la Ley de complejidad-conciencia, Teilhard vislumbra el Punto Omega, al que define como “una colectividad armonizada de conciencias, que equivale a una especie de superconciencia.
La Tierra cubriéndose no sólo de granos de pensamiento, contándose por miríadas, (gúgol-conversaciones horizontales), sino envolviéndose de una sola envoltura pensante hasta no formar precisamente más que un solo y amplio grano de pensamiento, a escala sideral. La pluralidad de las reflexiones individuales agrupándose y reforzándose en el acto de una sola reflexión unánime” (Internet) (Los seres digitales) (Humanidad Binaria).
La evolución entonces se estaría convirtiendo en un proceso cada vez más opcional. Teilhard señala así los problemas sociales del aislamiento y de la marginalización como inhibidores enormes de la evolución, ya que la evolución requiere una unificación del sentido. Ningún futuro evolutivo aguarda a la persona si no es en asociación con los demás.
Su libro debe leerse entonces como una crítica al humanismo clásico y un llamado a introducir nuevas consideraciones a partir de que “las posibilidades sugeridas por la inteligencia artificial, las computadoras, la modificación genética y otras tecnologías del siglo XXI, son un desafío profundo al sentido de la predominancia humana”. Él pretende sentar las bases de una mentalidad adecuada para aceptar los entornos futuros que ya se vienen diseñando desde ahora, en la ciberorganización de la humanidad como premisa a la evolución de la inteligencia huna_binaria.
La papelera de reciclaje virtual más grande conocida hasta ahora y en plena expansión; creada por los nativos digitales, está llena de reliquias del pasado. Yo que sufro, gracias a Dios! el síndrome de Diógenes, He podido rescatar una vieja gloria de la despiadada maquina triturado del pasado vertical, (la gúgol papelera de reciclaje virtual). He salvado en extremis a: Teilhard de Chardin, para delicia de los que vivimos rodeados de basura intelectual del pasado. Aunque trato infructuosamente dejarme llevar por la evolución de la inteligencia binaria, a veces el lastre atávico de mi pasado se resiste a desaparecer y aflora «funestamente» como flashes provenientes de la oscuridad del mundo vertical.
Para Teilhard, una de las fases o etapas de la evolución es, la noosfera (o evolución de la conciencia universal). Esta, etapa estaría conducida por la humanidad, También entiéndase que la noosfera es el estrato que conduce la energía liberada en el acto del pensamiento. (Energía neuronal reconocida por las neuronas espejo, descubiertas recientemente) Está a la altura de las cabezas humanas interconectando toda la energía del pensamiento y generando la conciencia universal… Esta descripción de la evolución de la inteligencia humana, tiene puntos coincidentes con mis teorías arriesgadas de la evolución de la inteligencia del human binary. El nuevo avatar de la vieja humanidad. La tecnología ha posibilitado una nueva conciencia universal interconectada (La Superconciencia) la masa crítica, necesaria para la nueva evolución del human_0_1 sin retorno.