¿Conectados pero solos?


¿Volver al modelo social analógico?

La psicólogo y sociólogo del MIT, Sherry Turkle publicó recientemente el libro «Alone Together» en el que analiza con gran agudeza y sagacidad, cómo la tecnología da forma a las relaciones modernas. Un ensayo sobre la sociedad conectada, intitulado: ¿Conectados pero solos? Nos plantea un problema existencial recurrente, la necesidad de una nueva evangelización de la humanidad, entendida como modelo de resistencia ante la deshumanización del hombre conectado. La descripción imaginaria de un panorama desolador del porvenir del hombre desclasificado por las computadoras. Este sentimiento creciente de pánico ha llegado para quedarse una vez más entre nosotros.

Cuando un científico social, analiza la sociedad a través de la problemática de sus hijos, no está haciendo ciencia, está siendo Madre o Padre protector. Quizás sea válido como ejercicio narrativo de una novela Pulitzer. El reduccionismo social de formular y entender el cambio social a través de lo circunstancial y singular de nuestro entorno social y familiar, es una trampa tan peligrosa y desproporcionada como el cepo dentado para un Oso.

…Todo ello me recuerda el siglo XVIII. Los anarquistas pretendían detener el tiempo apedreando los relojes de las catedrales, símbolos del progreso y de la estética dominante de la riqueza y el poder terrenal. La impotencia y la indignación a través de la historia siempre ha genera irracionalidad, e incontinencia verbal. Así como los tubérculos en un alambique destilan etanol (alcohol) con su goteo continuo y persistente mientras se mantengan las condiciones materiales iniciales del proceso químico. En definitiva, lo volátil termina siendo nuevamente líquido, pero no es ya la misma cosa. Separar es el mensaje social por excelencia del pánico… Las metáforas deberían ser como las aspirinas, tener efectos relajantes inmediatos sobre las cefaleas sociales.

El integrista positivo.
El modelo integrista “positivo” de Turkle, sugiere el advenimiento de una nueva clase de objetores de conciencia necesarios, sobre la sociedad conectada y su nuevo avatar (daños colaterales). La idea irrumpe como debate y reclamo, un llamado al orden y la sensatez. Y advierte de los peligros de jugar con valores inherentes e intrínsecos a la humanidad del hombre. La falsa creencia recurrente de un hombre inmutable en el tiempo. ¡Salvemos o ‘Liberen a Willy’! Es el mensaje de salvar a la especie humana de las cyber maquinas deshumanizadoras. En el fondo existe un mensaje romántico e irreflexivo en el modelo integrista positivo del discurso de Sherry Turkle.

A medida que esperamos más de la tecnología, esperamos menos de los demás. Sherry Turkle.
Percibir el entorno digital como realidad alienante o excluyente, sentirse ajeno a todo lo influyente; puede ser una perversión, y la excepción a la norma. Todo proceso evolutivo por naturaleza tiende a la resistencia al cambio, es parte de la selección natural no ponderada. En la estampida social, los inventarios están a la orden del día, todo es medido y juzgado en términos nostálgicos de valores perdidos. Hasta ahora no conocemos, o no hemos ponderado el equilibrio de ambas fuerzas antagónicas. Quizás las respuestas a las raíces a este problema, posiblemente las encontremos haciendo un poco de “Surfing” en Sigmund Freud, y su ensayo ‘el malestar en la cultura’, por citar a un clásico un vintage.

Todo discurso sobre la cyberorganización de la humanidad y la sociedad conectada, derivan en fenomenológico del conocimiento de un hombre evolucionado no reconocible, y su nuevo avatar.  Hablo del hombre biocultural, de las relaciones entre la biología humana y la cultura. Lo virtual como nueva extensión biológica del hombre; como hecho social novedoso. Y los entornos digitales como nuevos paradigmas para las ciencias sociales, como entorno cultural. El concepto de hombre como género humano recogido por las ciencias hasta ahora, describen a un ser que ha dejado de existir. Un ser humano geométrico, gobernable y predecible, con todas sus aristas ordenadas y paralelas en diferentes planos, ‘hombre paralelepípedo’. Es el fin del hombre idealizado por el humanismo, el fin de los ismos y sus escuelas deterministas seculares…

La reformulacion del concepto de hombre surge como nueva necesidad científica. Las ciencias humanas y su rol protagónico para tratar de identificar las características de la especie humana, han dejado de funcionar. Describen a un ser humano que ya no existe, no se le localiza ‘in situ’. Las actuales habilidades virtuales del hombre y su nuevo avatar, como ‘homo digital’, ‘homo virtual’, ‘homo binario’, ‘homo conectado’; son evidencias bioculturales desconocidas y alejadas de la Antropología filosófica clásica del hombre de Max Scheler. Ese hombre ‘yace’ en los libros, junto a dos o más tercios de la humanidad y sus ‘ismos’…

El dilema entre lo biocultural y lo suprabiológico se expanden alejando sus posiciones, una de la otra, como los planetas en el universo. Ello produce malestar en la cultura heredada… Hemos pasado de estar en modo vertical ‘unidimensional’ físico, a modo horizontal pluridimensional virtual multitasking, y con conciencia crossumer. De ser huésped de la simetría bilateral del hombre, descrito como avatar físico por Leonardo da Vinci en el renacimiento. A un hombre asimétrico virtual rico en bits y omnipresente en el universo digital.

Cómo evitar el gueto online
La película ‘Wall-E’ de Pixar, que cita a modo de ejemplo en su blog ‘Mars Dorian’ sobre el peligro al que se ve avocada la actual cyberhumanidad, o “Cómo evitar el gueto online” y las consecuencias irreversibles de seguir sus designios sin oponer resistencia a la uniformidad digital, y su nefasta hiperdependencia. Son los mismos síntomas, y las mismas fiebres de Sherry Turkle. Son mensajes recurrentes, muy conocidos por la humanidad.

Las distopías son interesantes predicciones perturbadoras sobre el futuro de la humanidad, representan la antítesis de las utopías felices con visos de realidad. Las historias así contadas sobre experiencias y dramas personales y emotivos del pasado reciente, o del porvenir como amenaza latente, tienen sus frikis y su encanto. Las historias así contadas, si recordamos, se convirtieron en artículos muy demandados, en ‘Best Selling’ y en clásicas técnicas publicitarias del “Magazine Selecciones Reader’s Digest” de los años 60’ y los 70’. «Estamos configurados para ser alarmados y llamados a la yihad…»

También podemos llamar al modo vertical, modo de conciencia colectiva fragmentada. Y al modo horizontal, modo de superconciencia unificada o prosumidora. La división del trabajo social de Emile Durkheim y sus categorías sociológica de ‘trabajo mecánica’ y ‘trabajo orgánico’, derivan de la observación de un hombre fragmentado. Esta descripción es un ejemplo de conciencia colectiva fragmentada, conciencia vertical. La ‘Conciencia Virtual’ es un epifenómeno de la sociedad conectada, así como el empoderamiento objetivo de los seres conectados con respecto a la sociedad vertical y su entorno hostil.

…Creía que entraríamos en Internet y lo que aprenderíamos dentro nos ayudaría a mejorar nuestra vida fuera, que nuestras experiencias digitales enriquecerían nuestra vida real, pero siempre entrando y saliendo de ella. No entendí que el futuro consistiría en vivir constantemente en simbiosis con un ordenador encendido: el móvil. Sherry Turkle.
La ciencia como filosofía popular.
Los valores y creencias de las personas tienden a dar forma a su entorno social. En ello le va la felicidad y la vida. Tendemos a vivir en barrios que reflejan nuestras propias predisposiciones ideológicas y demografía, y nuestras redes sociales virtuales en Facebook, Twitter y Google+ no son diferentes. Como resultado, generalmente terminamos hablando con personas que son como nosotros. Es la primera ley en cumplirse de una red social.

Los antropólogos y sociólogos a menudo utilizamos los términos, ‘echo chambers’ o ‘caja de resonancia’ para referirnos a una persona o grupo de ellas que están totalmente de acuerdo con todo lo que otra persona dice. A veces somos como los caracoles o moluscos, con la casa y el barrio de nuestras ilusiones y preferencias a cuestas. Buscamos un entorno custonizable que se adapte a nosotros, a diferencia del pasado vertical del hombre, extrañado o expulsado de la caverna.

Recuerdan aquello de, ‘te adaptas o te adaptamos’. Era un cartel preventivo, una ‘ley no escrita’ coercitiva, en los espacios sociales que solíamos visitar. Muy parecido al primitivo mensaje romano aparecido en Pompeya ‘Cuidado con el perro’. En ambos casos nos sentíamos intimidados. Estábamos avocados a tomar riesgos.

En parte, el éxito de una red social, entre muchos otros, es su capacidad de personalización del barrio, entendido como modelo de liberación. Antes el barrio nos modulaba y adaptaba inexorablemente a través del cartel preventivo, ‘sine qua non’, sin el mensaje, era imposible vivir en él. Ahora nosotros customizamos el barrio, nuestras experiencias y nuestro avatar. Nosotros sobrescribimos el cartel, somos autores y prescriptores del mensaje, e influyentes como nunca antes lo fuimos en la prehistoria digital.

Para algunos la sociedad conectada es un “ghetto online opresor” un retroceso, que constriñe el libre albedrío del hombre, y del cual hay que huir de vez en cuando. En el mundo desarrollado tomamos la categoría de “ciudadanos consumidores”. Una categoría y una formula imposible desligar la una de la otra. Somos ciudadanos porque somos consumidores, y se es consumidor porque se es ciudadano. La sociedad conectada rompe los enlaces verticales del ciudadano atado al consumo pasivo del Edén de los carteles preventivos y coercitivos.

Veamos una ventaja irrefutable: Cuando hablamos del momento cero de la verdad, “ZMOT” hablamos del principal logro del ciudadano consumidor como cliente. El momento cero de la verdad es cuando un cliente, antes siquiera de considerar a una compañía, marca o servicio, investiga por su cuenta (principalmente a través de internet), para decidir si avanza hacia el siguiente paso. Son las primeras impresiones, y donde comienza el proceso de compra. Huir de este proceso de evangelización de la sociedad conectada, no hará que seamos más libres fuera del “ghetto online”, Podemos escribir mucho y poco, sobre ventajas y desventajas de la sociedad conectada como visión claustrofóbica del futuro, como distopía, o como utopía de una protosociedad feliz olvidada por la humanidad.

Las tecnologías no sólo están cambiando lo que hacemos, sino también lo que somos…y especialmente las móviles, ya que incluso duermen con nosotros. Sherry Turkle.
Asombrosas paradojas nos deja la sociedad conectada. Acostumbrados asistimos a un nuevo capítulo del nacimiento de una contracultura, pero sin autor, sin Theodore Roszak. La resistencia y denuncia de la sociedad conectada o sociedad digital horizontal, pero sin la puerta trasera del LSD de la evasión psicodélica del mundo real. Es el síndrome del huésped revotado; rebota en esta, y en cualquier otra sociedad. Es el cuento de hadas de Hans Christian Andersen. La princesa y el guisante. No importa cuántos colchones pongamos unos sobre otros, siempre notaran la hortaliza bajo los mullidos colchones.

Qué difícil es, a veces, mantener un discurso ascético, pero quien quiere ser impoluto y purista en la era de la sociedad conectada, más cerca del hedonismo que de la contemplación. Hay cosas que ya no se llevan, como los pantalones campana, las plataformas, los peinados a lo afro, y los Radio Cassette; también las ideas terminadas en ismo. El mudo versionado ha entrado en una dinámica o en modo beta infinito, como el software.

El someter al diván del psicólogo a la sociedad conectada, es hacer trampa. “La sociedad enferma” es una definición en sí mismas excluyente, responden antes, a valores y dogmas ideológicos de encaje y engranaje social, y cultura del miedo, qué a planteamientos científicos. Si te alejas del mundo real, el de las posibilidades materiales, necesitas el confort del diván. Fabular e imaginar no son canciones de John Lennon, ambas opciones suelen salir caras en sociedad…

¿El humanismo como firewall?
El enfoque humanista de la psicología de los años ´60 y ´70, fue un recurso contra el “malware” del cientifismo imperante y radical heredado del siglo XIX. “La supremacía metodológica de las ciencias formales y naturales sobre otros campos de la investigación tales como ciencias sociales o humanidades” Wikipedia.

Este enfoque humanista de la psicología de Turkle, al igual que los cruzados templarios, sale al rescate de la naturaleza del hombre. Piensa que la sociedad y el progreso tienen la capacidad de cambiar dicha naturaleza y condición. Podemos represar y represaliar los valores culturales, pero no la naturaleza del hombre. No por represar el agua de un río cambiamos la naturaleza. En todo caso el curso del río y su destino. Algo muy parecido dijo el poeta Pablo Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”

Acudir al humanismo como último un “firewall” es más un síntoma, que un recurso retórico. El humanismo tiene un anclaje social dogmático, difícil de huir de él, y de refutarlo. Es como el azúcar glass sobre los postres tristes. Hay cosas que por mucho glasseado tengan encima no dejan de ser toscos y tristes.

El humanismo como filosofía fue un logro como aportación al conocimiento integral del hombre. No por ello queda fuera de toda revisión y análisis. Creo que sigue siendo válido pero sujeto a desfibrilación dogmática. El humanismo y el carbono están presentes como átomos en el hombre. Separarlos el uno del otro, sería como separar de la sustancia agua, el hidrógeno y el oxígeno.

Cada vez más gente se cuestiona si tiene sentido estar conectado y disponible 24 horas al día. Las mejores mentes de mi generación pasan el 90% de su tiempo de trabajo contestando e-mails. ¿Te das cuenta de la pérdida intelectual que eso supone? Llevamos solo 15 años conviviendo con Internet, seguimos en pañales en cuanto a nuestra existencia tecnológica, por eso confío en que aún cambiará muchas veces nuestra forma de relacionarnos con la tecnología. Sherry Turkle.

¿Conectados pero solos?

¿Conectados pero solos?

8 Comments on “¿Conectados pero solos?”

  1. I wonder when we will find an expert who will be able to help us get rid of technology addiction. And with that may be slow down the social devolution that social media is causing.

    Ps. I am using the chrome translation for reading your contents, so I shouldn’t be bitching about technology. 🙂 Great content! Even if I cant read your work with your personal writing style due to language barriers, this was a great read.

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  2. Estimado cyberamigo Giraldo, gracias por postearme. El articulo trata sobre el epifenómeno del “integrismo positivo” como resistencia intelectual al cambio. Como diría el sociólogo Alvin Toffler sobre los rezagados: Se le suele atribuir la frase: “Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender.” Agregaría con permiso de mi colega: Los analfabetas digitales y aquellos que no sepan estar conectados, comunicarse y compartir. The enchantment factor and the likeability factor, motores de la humanidad conectada… GRACIAS CYBERAMIGO….!!!

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  3. Yo lo lei, es mas intercambie con ella ,un email para que me facilitara algunos tips.Hay una parte que a mi me quedo marcada , cuando ella va en busca de la ninera y encuentra a la amiga texteando con los dedos heridos de tanto hacerlo,y le pregunta si puede tocar la puerta del dormitorio de la ninera y esta le responde no , no puedo, le enviare un texto , y era a una distancia de 1 metro.Esto me llevo a escribir un post corto acerca de la tecnologia y nosotros.Un saludo.
    http://giraldodetodounpoco.wordpress.com/2013/07/08/la-conversacionla-tecnologia-o-nosotros/

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